Este sistema utiliza la luz solar y el efecto fotovoltaico para generar electricidad, pero existen distintos tipos de paneles que se pueden adaptar a las exigencias de los consumidores.

 

El incremento del precio de la luz que ha habido en Argentina en los últimos tiempos ha hecho que muchas familias opten por instalar placas solares en sus hogares e industrias para ahorrar a largo plazo. Estos sistemas permiten economizar los gastos sin restringir ninguna actividad cotidiana gracias a la generación de energía con la luz solar mediante el efecto fotovoltaico.

Los paneles solares están formados con materiales semiconductores como el silicio que funcionan al recibir luz solar. En Argentina, por lo que este sistema se ha convertido en el favorito para ahorrar en las facturas a final de mes.

¿Cómo funcionan las placas solares?

Las placas fotovoltaicas liberan electrones al recibir la luz del Sol. De este modo, generan electricidad con dichos electrones. Sin embargo, lo hacen en forma de una corriente eléctrica tipo continua (CC) que no es la que usan todos los dispositivos.

Como no todos los aparatos que utilizamos en nuestro día a día funcionan con CC, las instalaciones tienen que contar también con un inversor. Este es el encargado de convertir la CC en corriente alterna (CA) y, depende del tipo de paneles instalados [de los que hablamos a continuación], aprovechará más o menos luz del Sol, es decir, será más o menos eficiente.

¿Cuáles son los tipos de paneles solares?

Antes de pasarse a la instalación de un sistema de energía solar en la vivienda, es imprescindible conocer los distintos tipos que existen y cuáles son sus pros y sus contras, con respecto a su eficiencia, coste y su resistencia a las altas temperaturas. Algunos de los más demandados son:

  • Paneles solares monocristalinos. Sus células son de un solo cristal de silicio. PROS: una alta eficiencia energética, funcionan bien en condiciones de poca luz y de poco espacio. Es capaz de convertir más del 20% de la radiación del Sol en electricidad. CONTRAS: su producción tiene un coste elevado y es muy sensible a las altas temperaturas.

  • ​Paneles solares policristalinos. Están fabricados con silicio policristalino, que se produce al fundir el material y verterlo en un molde para que se solidifique formando varios cristales, con aspecto de mosaico. PROS: es más barato que los monocristalinos y suele ser una opción más popular. Su eficiencia ronda el 15-18%. CONTRAS: tiene una eficiencia menor que los monocristalinos.

  • Paneles solares de capa fina (Thin-Film). Utilizan capas finas de semiconductores como el telururo de cadmio o el silicio amorfo. PROS: son delgados y flexibles, ideales para superficies irregulares o con limitaciones de espacio. Es asequible. CONTRAS: tiene una eficiencia más baja, entre el 10-12%.

  • Paneles solares bifaciales. PROS: aprovechan la energía solar por ambas caras, lo que lo vuelve en la opción ideal para lugares con una alta reflexión social, con superficies que actúan como espejos o en zonas donde abunda la nieve.

¿Cómo saber qué tipo de panel solar necesitas?

Teniendo en cuenta las características mencionadas, los compradores deben valorar el presupuesto del que parten, los gastos de electricidad que tienen en su vivienda o industria y las condiciones climáticas o de espacio del que disponen.

Lo más recomendable es hablar con un profesional y comentarle todos los requisitos y las dudas que se tengan sobre las posibles ayudas gubernamentales o de empresas que se pueden obtener al pasarse a una energía limpia. No obstante, siempre viene bien que se conozcan los tipos de paneles solares que existen y sus características más interesantes, por si acaso el experto quiere instalar uno más caro en lugar del que más se adapta a las necesidades del cliente.

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